Riflexionando

Un 1º de Mayo

por Nuestra América

Por Rogelio Viera

Pocas horas faltan para que la Plaza de la Revolución José Martí, engalanada para la ocasión, sea nuevamente testigo de la marcha de centenares de miles de trabajadores, en cuyas pancartas, consignas y banderas expresarán su apoyo incondicional a la Revolución, su disposición a seguir siendo los principales actores en la transformación de la nueva política económica trazada en el VI Congreso del Partido Comunista de Cuba y, como una sola voz, continuar reclamando la libertad y el regreso de nuestros cinco hermanos antiterroristas presos en cárceles de Estados Unidos.

Pero hay una razón mayor que nos compulsa a la marcha unida y es Nuestra América. Hace poco más de 50 años la Revolución cubana se declaró Socialista y en las arenas de Playa Girón defendió esa decisión, derrotando al poderoso imperio. Gobiernos sumisos del Continente apoyaron la expulsión de Cuba de la Organización de Estados Americanos, OEA, pretendiendo aislarla y ahogarla como nación libre.

Pero Cuba no claudicó. Su pueblo enfrentó agresiones de todo tipo a la par que el país se desarrollaba, llegando a niveles inalcanzables para los pueblos de la región sometidos a la política neoliberal impuesta por Estados Unidos.

Caído el campo socialista al cual estábamos integrados económicamente, muchos pensaron que Cuba sucumbiría, y aunque el Gobierno de los Estados Unidos arreció sus medidas para ahogarnos económicamente, nos apretamos el cinto, nos unimos más y hemos salido adelante.

Hemos sido, durante más de 50 años, un ejemplo para otros pueblos de que es posible ser libres y dignos, de que podemos construir una sociedad justa para todos y de que unidos, no hay enemigo, por poderoso que sea, que pueda vencernos.

La pasada Cumbre de las Américas fue la antítesis de aquella reunión en que Cuba fue expulsada. En esta fue el reclamo de la presencia de Cuba, excluida por el voto de los Estados Unidos, pero donde quedó definido que sin Cuba, no hay más Cumbres.

Hoy son muchos los gobiernos que han desechado las políticas neoliberales y enfrentan las amenazas del imperio por rescatar sus recursos, poniendo fin al saqueo a que estaban sometidos. Luchan contra la pobreza, por una sociedad más justa, siguiendo sus propios caminos, pero convencidos de la imprescindible unidad en un mundo globalizado.

Es también por esa América unida que desfilaremos por la Plaza y en las plazas de las diferentes provincias del país, porque estamos obligados a seguir siendo ejemplo para esos pueblos que, junto a Cuba, hoy se unen para construir su propio destino.